Le robe brillo a los días
y me perdí entre tus brazos,
y al amparo de la noche
allí los dos nos besamos.
Era un día de verano
del año 64
paseabamos los dos
por la calle de lepanto,
me cojiste de la mano
y sin pronunciar palabra
tu me sellaste los labios
con un te quiero en el alma,
me dejaste anonadada
y no supe que decir,
yo correspondí a tús besos
y en tus brazos me perdí.
Araceli Pérez
11/2/64
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